Andando con los pies en el cielo

Los hechos acaecidos en las fábricas textiles de Bangladesh han bajado del guindo, al menos, momentáneamente, a algunos consumidores de moda. Saber de las condiciones laborales, sueldos, etc., de los trabajadores explotados, quizás (y solo quizás) harán que seamos más conscientes de la importancia de mirar las etiquetas de la ropa  y comprar con conciencia.

En Sentido y Sostenibilidad vamos a dedicar un especial esfuerzo en daros a conocer propuestas de moda que nos permiten consumir de forma consciente, y estar la mar de guapos, sin cargar con el peso de las vidas de personas explotadas, y sin pensar que para hacer un par de zapatillas se han tenido que esquilmar las reservas naturales de algún país del Tercer Mundo. Hoy vamos a empezar hablando de zapatillas deportivas, y todas las referencias de tiendas y marcas las podréis ir encontrando en nuestra nueva sección El Armario de S&S

Y hablando de zapatillas, por ahí empezaremos.

Probablemente, el mundo de la ropa deportiva fue de los primeros en generar polémica sobre las condiciones laborales de los trabajadores. Además, suele ser uno de los sectores donde las modas cambian más deprisa: las zapatillas del año pasado, aunque estén bien, no nos valen para el siguiente. A excepción de algunos «clásicos» como las Chuck Taylor de Converse, marca que trabaja con materiales como el NPE, que genera problemas reproductivos en los trabajadores de sus fábricas además de desequilibrios medioambientales y de otros trastornos.

Ante esto ¿qué podemos hacer? Pues confiar nuestro look a empresas que ya están produciendo zapatillas deportivas modernas, de calidad y además hechas con sentido y sostenibilidad.

Hablábamos de las Chuck Taylor de Converse, que son un must entre cualquier trendy que se precie. Pues tenemos la

ethletic

versión sostenible a través de la empresa sueca Ethletic.

Son zapatillas realizadas inspirándose en el clásico de Converse, pero hechas en algodón biológicode comercio justo, con
suela de látex procedente de bosques controlados FSC y manufacturadas siguiendo cánones éticos con los trabajadores.

Las hay en todos los colores, en baja y media caña, y en una amplia gama de tallas, y cuestan alrededor de los 60 euros (no mucho más que unas Chuck Taylor) y en algunas tiendas como ecopasion.com podéis encontrarlas de oferta por algo menos de 30 euros.

Si estas os parecen demasiado mainstream (estamos de un moderno que lo petamos), podemos recurrir a For Your Earth,  una compañía francesa que crea zapatillas deportivas hechas con algodón orgánico, goma y plásticos reciclados, y suficiente honestidad como  para reconocer que aún no han logrado hacer el 100% de las zapatillas de origen ecológico o reciclado.  Además, una parte de lo que se ingresa en la venta de las zapatillas (un 5% según ellos mismos dicen) se reinvierte en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, sobre todo, en aspectos relacionados con la salud.

 for your earth summer 2013El precio de la gama baja de estas zapatillas ronda los 45 euros, aunque, una vez más, podemos encontrar ofertas de temporadas anteriores, etc por unos 25-30 euros. Son ligeras, cómodas y diseñadas inspirándose en los clásicos de las zapatillas deportivas de calle.

La tercera opción son las zapatillas de Ecoalf, realizadas con materiales reciclados,  con colecciones también basadas en los clásicos del street wear.

Las zapatillas de Ecoalf rondan los 70 euros, pero si no sois muy fans de comprar por internet (o no tenéis controladas las tallas) tenéis la oportunidad de pasaros por la propia tienda, situada en la calle Hortaleza 116 de Madrid. En Ecoalf, ya lo iremos tratando en estos post, además de zapatillas podéis encontrar todo tipo de ropa y complementos. Pronto dedicaremos un post a esta experiencia que tiene mucho que contar.

¿Cuántos planetas necesito?

calculo huella ecológica

calculo huella ecológicaEn esto de cambiar nuestra actitud cotidiana, todos necesitamos un punto de partida para saber por dónde empezar.

Una buena manera es calcular nuestra huella ecológica, es decir, saber cuántos planetas necesitaríamos para mantener esto en marcha si toda la humanidad hiciera el mismo uso que nosotros de la energía, del transporte, de los recursos alimentarios o si todo el mundo gestionara los residuos como nosotros.

Esta sencilla y completa encuesta de la Fundación Vida Sostenible nos ayuda a saber cuál es nuestro impacto cotidiano y además nos da consejos para reducirlo. Cuantos menos planetas «necesitemos» más conseguiremos que dure el nuestro. ¿Te atreves a saber qué le estás haciendo a la Tierra?

Haz feliz a una vaca

Los seres humanos pasamos buena parte de nuestra vida buscando la felicidad.

Vaca felizNo sabemos exactamente qué es, pero imaginamos que ciertos privilegios del bienestar personal (físico, mental o, para algunos, incluso económico) van a contribuir a que seamos más felices.

Una buena casa, una familia, estar sanos, divertirnos, que nos mimen… Todo eso hace que nuestras vidas sean más llevaderas.

Pero hay algo que nos hace felices de forma relativamente fácil. Hacer felices a los demás. Aplicando así esta norma, ¿por qué no hacer feliz a una vaca?

De eso trata la ganadería ecológica.

Los ganaderos que optan por la ecología hacen que sus animales tengan una vida feliz y relajada. Nada de encierros en establos, apreturas entre vallas y piensos hechos con restos de alimentos.

Los animales que forman parte de la cabaña ecológica pastan al aire libre en espacio abierto, comiendo alimentos de producción ecológica, que se procura que sean generados por la propia explotación, para garantizar su calidad y para evitar transporte -que implica generación de CO2.

Además, estos animales son tratados veterinariamente desde un enfoque preventivo, reduciendo o eliminando el uso de antibióticos y sin ningún tipo de uso de hormonas de crecimiento. Son como son, y si son más chicos, pues mala suerte. Seguramente, su carne será tan excelente como la de un ejemplar más grande.

Los animales son respetados durante toda su crianza. No se les cortan los rabos, ni se les descuerna, ni se les reducen los dientes o los picos, salvo por cuestiones de seguridad.  Nada de acelerar ni modificar nada, deben crecer tal y como la naturaleza decidió que lo hicieran.

Otro elemento importante es la eliminación del estrés. Tanto en la crianza como en el transporte se procura que los animales viajen y crezcan cómodos y que, por decirlo de alguna manera, estén en forma.

Este trato respetuoso no solo está dirigido a la mejora de carne. También la leche y los huevos pueden producirse sin explotar a los animales.

En el caso de la leche, incluso hay ganaderos que practican el «cow comfort», una técnica que hace que las vacas lecheras reciban todo tipo de cuidados -desde masajes, hasta música en los casos más extremos- pero que básicamente se centran en que las vacas estén cómodas, con espacio suficiente, sin obstáculos que puedan lesionarlas, y por supuesto, sin estar constantemente enganchadas a extractoras de leche que las agotan y provocan que leche sea de baja calidad.

La carne procedente de explotaciones ecológicas se puede adquirir a través de las cooperativas y también en tiendas especializadas, aunque cada vez son más las grandes superficies que optan por ofrecerla.  Y recordad, que sostenibilidad no es solo comprar ecológico, también comprar local, así que apoyad a los ganaderos de vuestra zona.

Este no es un blog hippie

brote germinado sentido y sostenibilidad

brote germinado sentido y sostenibilidad

Este no es un blog hippie. No es un blog new age.  No hablaremos de piedras ni de energía. No hablaremos de ni yoga ni de tai chi. Ni siquiera somos vegetarianos o veganos. Desde el respeto a todos aquellos que promulgan este tipo de filosofías, vamos a ofrecer otra aproximación a la cultura de la sostenibilidad, la responsabilidad y el compromiso social y ambiental.

Nos gusta un buen filete. Pero puestos a comernos un buen filete, nos gusta asegurarnos que la vaca ha vivido en buenas condiciones, que ha comido pasto sano y que su productor ha logrado un beneficio en su venta que le permite vivir y seguir produciendo.

Este es un blog para aquellos que quieren apostar por una vida más sostenible. Sin prejuicios. Sin ideas preconcebidas. Como una apuesta de compromiso cotidiano. Sin aspirar a sentirse superiores que los demás por optar por una vida más consciente y responsable. Pero sí que con la ilusión de convertirse en un modelo para otros ciudadanos. Un ejemplo de que es posible compaginar la vida moderna con la conciencia de que nuestro papel sobre el planeta es clave para la supervivencia de este.

No vamos a hablar de no consumir. Vamos a hablar de consumir responsablemente. No vamos a hablar de no generar beneficios, sino de hacerlo no solo desde un punto de vista económico y financiero, sino también desde un punto de vista social y ambiental. No vamos a dejar de darnos caprichos, pero vamos a procurar que estos caprichos tengan el menor impacto posible en nuestro entorno.

No os asustéis. No vamos a comer solo seitan y tofu. Vamos a vestir ropa bonita y variada. Vamos a viajar, a movernos por la ciudad a construir edificios y a generar riqueza. Pero desde otro punto de vista. Si te animas a probar, sé bienvenido.