El extraño caso de los animales felices

(El post del que hablo en este texto fue borrado del blog por parte de su autoria un día después de que publicáramos este texto. Nosotros no lo vamos a borrar porque esta reflexión es muy necesaria).

Por mi trabajo, tengo que leer muchos muchos tuits de personas muy distintas. A veces son interesantes, a veces graciosos, a veces claramente sorprendentes. Y a veces, un poco indignantes.

Justo eso me pasó hace unos días con el tuit de una mujer que se quejaba de que la niña de intercambio alemana que iba a venir a su casa «solo quería comer carne de animales felices» (de hecho hasta ha escrito un post al respecto en su blog).  Se da el caso de que la hija de esta bloguera, que forma parte del intercambio, es celíaca y alérgica y la autora se indignaba al entender que se equiparaba, en términos de tener que modificar el menú, una dolencia con una «estupidez» como que los animales fueran felices.

A medida que iba leyendo los tuits de esta autora y las respuestas de otros usuarios, me iba dando cuenta de cuánto queda por hacer para concienciar a nuestra sociedad respecto de los sistemas de gestión alimentaria responsable.

Cuando alguien se ríe de que una niña solo quiera comer «animales felices» (obviamente es una niña y sus conceptos son simples, incluso cursis, por lo que entendemos que a lo que se refiere es que no quiere comer carne de la agricultura convencional, y desde luego, estoy segura de que no está equiparando, pero que está en su pleno derecho de pedir la alimentación que desee), se está riendo de toda una filosofía de vida, en la que a esa niña se le ha inculcado en su familia unos valores respecto a la alimentación.

Unos valores, que por cierto, contribuyen no solo al bienestar familiar, sino a la reducción de residuos y contaminación por metano, y a un sistema de alimentación más razonable en relación al impacto que tiene la ganadería sobre el medio ambiente. Y desde luego, a una ganadería que respeta a los animales. Es tan  básico como comprar huevos de gallinas en libertad (felices para la niña) o gallinas hacinadas en jaulas insalubres.

El problema no es que esté a favor o en contra de la agricultura y la ganadería sostenible. Cada uno puede opinar lo que quiera al respecto, y lo único que podemos hacer desde SyS es intentar concienciar de los beneficios de la misma. Lo que realmente nos preocupa, es que la reacción de esta persona y de muchas de las que le contestaron fuera de mofa. Nos preocupa que considere esta petición una «estupidez» comparable a comer solo alimentos de un color o a otras modas, que ahí sí, considero un poco absurdas en el mundo de la alimentación. Porque lo que está pidiendo esta niña, lo que le han inculcado en su casa, no es un capricho ni un invento, es una conciencia de lo que come, un respeto por los animales y su entorno que más nos valdría tener más a menudo en España. Nos preocupa que el post del blog incida en como madre e hija se reían de la petición de la niña. Nos preocupa lo que implica que un gran número de gente piense que optar por métodos de alimentación más respetuosos con el medio ambiente, con los animales y con la salud sea objeto de burla.

Queda mucho por hacer. Muchísimo. Quedan muchos clichés que romper, muchos estereotipos (del ecologista hippy, del pijo rico que come ecológico por moda o capricho…), y solo espero que, con un poco de suerte, cuando la hija de la autora vuelva del intercambio, la familia alemana le haya hecho entender un poquito más por qué en su casa solo se comen «animales felices» y que pueda transmitir eso a su entorno.

2 comentarios sobre “El extraño caso de los animales felices

  1. Uf es que la tía o es muy pero muy corta, o se ha hecho la tonta para sacar las cosas de contexto. Parece que le han pedido una consulta con un psicólogo para la vaca. ¿De verdad que no entiende lo que le pide la niña? Todo es posible….

  2. Sí que queda mucho por hacer, desde Brutal (www.brutal.org.es) en nuestros eventos con coffee talk utilizamos siempre productos eco, realmente ponemos un desayuno vegano, pero como pensamos que no podemos imponerlo dejamos la opción de café con leche «de vaca feliz», al menos es ganadería ecológica. Enhorabuena por el blog y por el trabajo de concienciación!

¿Qué opinas?

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s